Miles de maestros y profesores de todo el Estado proponen un Nuevo Acceso Docente (NAD) que se base tanto en la no caducidad de las notas como en el reparto de plazas por Concurso con los siguientes objetivos:
1. GARANTIZAR LA SELECCIÓN DE LOS MEJORES PROFESIONALES DOCENTES.
2. ASEGURAR UNA SELECCIÓN JUSTA DESPROVISTA DEL FACTOR SUERTE.
3. PROMOVER LA ESTABILIDAD LABORAL DE LOS DOCENTES.
Obviamente, estos objetivos tienen como fin último ayudar a la mejora de la calidad de la Educación Pública.
Obviamente, estos objetivos tienen como fin último
ayudar a la mejora de la calidad de la Educación Pública.
Dos son los
pilares irrenunciables del Nuevo Acceso Docente, también conocido como
NAD:
1) La no
caducidad de notas.
Es totalmente viable llevar a cabo un Sistema de
Acceso donde el opositor, una vez superada las pruebas de Oposición, no tenga
que volver cada cierto tiempo a realizarlas, pues se entiende que ya ha quedado
demostrada la capacidad docente del candidato a plaza. Desde el NAD se propone
la no caducidad de notas con retroactividad.
2) El reparto de
plazas por Concurso.
Es imposible alcanzar la plaza de funcionario si las oposiciones
convocadas no cubren las necesidades reales de los Centros Educativos. Estas
oposiciones tendrían que convocarse al menos cada dos años. De esta manera,
entre aquellos opositores, que hayan superado alguna vez la Oposición , quedarían
repartidas las plazas según un baremo de puntos establecido por la Administración y
consensuado por los sindicatos, pero que respete el siguiente orden:
experiencia, nota, formación de la especialidad; siguiendo el mismo modelo que
ya se usa actualmente en los Concursos de Traslados.
1. Puntos de desarrollo del NAD:
1. Todos los candidatos habrían de
superar las pruebas de unas oposiciones, es decir, al menos obtener un 5 de
nota; ya que las Oposiciones vienen siendo entendidas como una Prueba de
Aptitud o Prueba de Capacidad Docente.
2. Al superarlas, los candidatos a
plaza pasarían a formar parte de una Lista
donde quedarían ordenados en función del siguiente baremo: la
experiencia, la nota más alta obtenida en un proceso selectivo, y la formación
especializada en el campo por el que se presentan.
3. El reparto de plazas se
realizaría cada vez que se convocasen oposiciones de educación, siendo la mejor
opción cada dos años. El modelo es el
sistema empleado ya en el Concurso de Traslados de los funcionarios de carrera.
4. Los candidatos que hubieran
superado un proceso selectivo estarían exentos
de tener que volver a presentarse, si bien podrían repetirlo cuantas veces consideren oportunas para mejorar
su nota; de ahí la necesidad de seguir ofertando plazas y convocar oposiciones
cada cierto tiempo.
5. Beneficios de este Sistema: se
fundamenta en los principios de
igualdad, mérito y capacidad; además, no supondría coste de aplicación
alguno, se conseguiría la ansiada estabilidad de las plantillas, mejoraría la
competitividad, la formación continua, la calidad educativa, la seguridad
laboral y flexibilidad.
Consciente de
la magnitud de los problemas educativos, este Colectivo se ha centrado
únicamente en el Acceso Docente, de
manera que no debate cuál debe ser el diseño o las características de las
pruebas de Oposición -temario, tipología de examen, pruebas pedagógicas-; ni
tampoco el porcentaje específico del baremo de puntos dentro de la lista creada
para obtener plaza. No obstante, sí establece unas pautas de orden inamovible para
la formación de ese baremo; a saber: experiencia docente, mejor nota de
oposición y méritos de formación. El NAD tampoco pretende regular las bolsas de
trabajo en cada Comunidad, ya que éstas son Competencia Autonómica.
Ha de insistirse en el hecho de que
los aspirantes a la
Función Pública Docente que han superado todas las fases de
un Proceso Selectivo en algún momento han demostrado estar capacitados para la
docencia en la
Educación Pública y no necesitan superar nuevamente otras
Oposiciones para poder ejercer la misma.
De hecho, buena parte de los
aspirantes que superan las Oposiciones con excelentes notas, y que a pesar de
ello se quedan sin plaza, realizan una función imprescindible para el
mantenimiento del Sistema Educativo al entrar a formar parte de diversas bolsas
de trabajo cubriendo vacantes y sustituciones. Por lo tanto, no tiene sentido
obligar a repetir las Oposiciones a quienes ya las han superado con
anterioridad, e incluso han ejercido la docencia durante años, con el
considerable esfuerzo, desgaste y pérdida de tiempo que ello supone,
desperdiciando una energía que podrían invertir en la mejora de la Educación y de su propia
formación.